ESPINO BLANCO

Parte utilizada: La flor.

Principios activos: Flavonoides (1.8-2.0%), rutina (0.17%), hiperósido (0.28%), vitexina (0.02%), orientina, heterósidos de vitexina. Taninos catéquicos (2.4%). Picnogenoles. Triterpenos (0.6%). Polifenoles. Ácidos oleanólico, ursólico, crataególico. Esteroides. Aminas. Tiramina.

Propiedades: Cardiotónica, normotensora, vasodilatadora, sedante, ansiolítica.

Mecanismo de acción: Los flavonoides del espino blanco inhiben la acción de la adenosín-trifosfatasa (ATPasa), esta enzima descompone el ATP, que sirve de fuente de energía para las células, incluidas las del músculo cardíaco. Al impedirse la destrucción del ATP, las células disponen de mayor energía, y se produce un aumento de la fuerza contráctil del corazón y una regularización de su ritmo. Tiene un efecto regulador sobre la tensión arterial, desciende la tensión alta y asciende la tensión baja (hipotensión), esta acción normalizadora es rápida y evidente, teniendo efectos más duraderos que con otros antihipertensivos sintéticos. Posee la capacidad de dilatar los vasos sanguíneos. Tiene un efecto sedante sobre el sistema nervioso simpático (parte del sistema nervioso que aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la frecuencia respiratoria y el tamaño de las pupilas).

Indicaciones: Insuficiencia cardíaca (debilidad del corazón), omiocardiopatias (inflamación o degeneración del músculo cardíaco), lesiones valvulares o infarto al miocardio. Arritmias (trastorno del ritmo del corazón), extrasístoles (palpitaciones, taquicardias, fibrilación auricular o bloqueos). Angina de pecho. Nerviosismo, opresión en el corazón, dificultar para respirar, angustia, insomnio, zumbido de oídos, vértigos, prevención de derrames cerebrales.

Contraindicaciones: No se han reportado. Están considerada como una planta 100% segura.

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